
Para Pablo Macera, el ayacuchano Carmelón Berrocal, es un artista que bien podría ser un Guamán Poma del siglo XX. Su pasión por el arte de pintar tablas le nace desde niño, a través de la observación que hacía a las tablas (vigas del techo) pintadas por sus padres y abuelos.
Este compendio, reúne valiosos materiales narrativos en "quechuañol", una palabra que rescata Macera para definir el empleo que del español y el quechua se hace en los medios rurales y urbanos peruanos, combinando diversos componentes que provienen de cada uno de esos lugares.
La publicación de esta importante obra, ha sido posible gracias al trabajo en conjunto del Fondo Editorial de San Marcos, el Banco Central de Reserva del Perú, el Instituto Francés de Estudios Andinos e Hidrocarburos Perú.
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